Además de invadir un órgano y causar daño directo, la exposición a metales tóxicos, compuestos orgánicos y gases, puede causar “inflamación sistémica” que puede alcanzar incluso el cerebro. Algunos estudios prueban que el insomnio, los derrames cerebrales, la demencia y la reducción en la inteligencia están relacionadas con la contaminación. Entre otros órganos afectados se encuentran el hígado, la vejiga y el intestino.
Aunque la contaminación del aire afecta a personas de todas las regiones, edades y grupos sociales, es probable que cause una mayor enfermedad en las personas con exposición intensa y mayor susceptibilidad. Las personas son más vulnerables a la contaminación del aire si tienen otras enfermedades o menos apoyo social. Para los niños el efecto es mayor, ya que respiran más aire por unidad de peso corporal y pasan más tiempo al aire libre que los adultos.